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SUSCRIBITELa víctima de los delincuentes de 14 y 17 años en La Plata sufrió varias lesiones traumáticas y un shock hipovolémico. Los detalles.
El resultado de esta baja en el volumen sanguíneo es un flujo insuficiente de sangre y oxígeno a los órganos y tejidos.
El shock hipovolémico, también llamado shock hemorrágico, es una afección médica grave que se distingue por una baja fuerte y significativa del volumen de sangre en circulación. Esto puede pasar por una pérdida de sangre (externa o interna), o por la pérdida de otros líquidos corporales, como pasa con las quemaduras graves, vómitos o diarrea intensa.
La consecuencia de esta reducción en el volumen sanguíneo es un suministro inadecuado de sangre y oxígeno a los órganos y tejidos del cuerpo, lo que puede resultar en daño celular, fallo orgánico y, si no se interviene, a la muerte.
La sangre actúa como el sistema que transporta oxígeno y nutrientes a cada una de las células del organismo, además de ser el medio para la eliminación de desechos. Asimismo, cumple un papel en la regulación de la temperatura del cuerpo y en el equilibrio del pH, y es muy importante para la respuesta inmunitaria y la coagulación.
Cuando ocurre una pérdida considerable de sangre, todos estos procesos pueden verse comprometidos, lo que puede dar lugar a diversos síntomas y complicaciones.
En el caso del shock hipovolémico, los síntomas iniciales pueden abarcar palidez, sudoración fría, un pulso acelerado y débil, respiración rápida y superficial, junto con una sensación de ansiedad o nerviosismo.
A medida que la situación empeora, los signos pueden progresar hacia confusión, reducción en la producción de orina, presión arterial baja y, eventualmente, pérdida de la conciencia. Para verificar el diagnóstico de shock hipovolémico, es necesario tener en cuenta el historial médico, los síntomas observados y los resultados de diferentes exámenes diagnósticos.
Estos exámenes pueden abarcar análisis de sangre para determinar el conteo de células sanguíneas y los niveles de electrolitos y otros componentes, pruebas de coagulación, evaluaciones de la función renal y hepática, así como estudios de imagen como radiografías, ecografías o tomografías computarizadas para localizar posibles fuentes de hemorragia.
El tratamiento del shock hipovolémico se enfoca en reponer los líquidos y la sangre, corregir la causa de la pérdida de fluidos, y brindar apoyo a los sistemas y órganos que podrían estar comprometidos.
Esto podría implicar la infusión intravenosa de soluciones salinas o transfusiones de sangre y sus derivados, así como el uso de fármacos para manejar la hemorragia y regular la presión arterial. En ciertas situaciones, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar daños o controlar hemorragias internas. La celeridad con la que se inicia el tratamiento influye considerablemente en el pronóstico del paciente.
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