El rosario es una oración meditativa basada en las Escrituras. Cuando rezamos el rosario, pedimos a la Virgen María que ruegue por nosotros para acercarnos más a su Hijo Jesús, contemplando su vida, muerte y resurrección.
El rosario sigue siendo una oración importante hoy en día. En mayo de 2022, el Papa Francisco llamó a los cristianos a rezar "el santo rosario por la paz" en respuesta a la guerra en Ucrania. En noviembre de 2022, el arzobispo Cordileone de San Francisco invitó a los fieles a rezar un "Rosario por la Paz" el día de las elecciones.
Y en el 2002, en su carta apostólica, el Papa Juan Pablo II escribió que con el Rosario, "el pueblo cristiano se sienta a la escuela de María y es llevado a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor".
¿Qué es el Rosario?
Origen
A principios del siglo XIII, Santo Domingo predicó el Evangelio para combatir diversas herejías, y fundó la Orden de los Dominicos para llevar a cabo esta labor de difusión de la Buena Nueva. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, la herejía seguía reapareciendo, por lo que invocó a la Santísima Virgen María para que lo guiara. La tradición sostiene que María se le apareció en 1221 y le transmitió la devoción del rosario, animándolo a compartir la oración con los demás. Muchos creen también que el origen histórico del rosario se encuentra en la práctica monástica de recitar 150 salmos cada semana, práctica que además se extendió a la repetición de Avemarías.
En 2023, el rosario sigue siendo tan poderoso como siempre. Sigue siendo un hermoso medio para la conversión y ayudó a unir en oración a la población mundial de católicos tras la muerte del Papa Benedicto XVI.
Cómo rezar el rosario: guía paso a paso
Cómo rezar el Rosario
1-Comienza con la Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
2-Sosteniendo el crucifijo, reza el Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su Hijo único, nuestro Señor, que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; ascendió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí vendrá a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
3-En la primera cuenta, reza un Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
4-En cada una de las tres cuentas siguientes, reza un Ave María
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
5-En la siguiente cuenta, reza un Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
6-Reza la primera decena
En la cuenta grande, anuncia el misterio y luego reza un Padre Nuestro.
En cada una de las 10 cuentas pequeñas, reza un Ave María mientras continúas meditando sobre el misterio.
Al final de la década, digan el Gloria.
Luego reza la Oración de Fátima: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno; conduce a todas las almas al Cielo, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén
7-Repite este patrón para las décadas restantes
Padre Nuestro -> 10 Avemarías -> Gloria -> Oh Jesús mío (Oración de Fátima)
8-Después de las 5 decenas, concluir con La Salve
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.
A ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
9-Concluye con la oración final
Recemos:
Oh Dios, cuyo unigénito Hijo, con su vida, muerte y resurrección, nos alcanzó el premio de la vida eterna: concédenos, a los que recordamos estos misterios del Santo Rosario, imitar lo que contienen y alcanzar lo que prometen. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
10-Termina con la Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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